El pueblo de Israel estaba esperando al Mesías, su Rey. Mateo inicia su libro mostrando que Jesucristo era descendiente de el rey David pero Mateo va más allá al mostrar que Dios no envió a Jesús para ser un Rey terrenal sino un Rey Celestial. Jesús no vino para reinar en la tierra de los hombres sino en la vida de las personas. Su reino será mucho más sobresaliente que el de David por que nunca tendrá fin. Aún cuando nació, muchos aceptaron a Jesús como su Rey. Pero Herodes, el gobernante, así como Satanás temía el reinado de Jesús y procuró detenerlo pero no faltaron los que le rindieron adoración y le trajeron regalos dignos de un Rey. Debemos estar dispuestos a reconocer a Jesús por lo que es realmente y adorarle como Rey de nuestras vidas. Demos los mejores regalos que se pueden obsequiar a quien entregó su propia vida y quien derramó hasta su última gota de sangre por ti y por mi. Que el verdadero significado de la Navidad que es el nacimiento del Verbo Hecho Carne, el nacimiento de Jesús nuestro Salvador, perdure en nuestras mentes y corazones por siempre. Amén!
